Aurélie, cuéntanos un poco qué te ha llevado al yoga y a España.
Soy francesa. Antes de llegar a Madrid trabajaba de bailarina clásica en Bruselas. Mi profesora de baile, que era cubana, era amiga de Victor Ullate y me le quiso presentar. Así es como conocí España y Madrid en pleno mes de agosto. Me gustó todo, el calor, el cielo azul, el ambiente, la gente, y me quedé. El yoga llegó un poco después y aquí estoy, practicando y enseñando desde hace casi 20 años.
¿Qué beneficios podemos obtener con tus retiros?
Los retiros nos ofrecen varias oportunidades:
-conocer a personas que tienen las mismas inquietudes que tú. (Ese compartir es muy enriquecedor.)
-cambiar de aire, salir de la rutina y encontrarte contigo mismo. (En este espacio no eres el hijo de, el jefe o empleado de, el papá o la mamá de, es un espacio sólo para ti contigo mismo.)
-practicar varias horas al día yoga asanas y meditación. (La práctica más intensa y prolongada deja una huella profunda. Te das cuenta de lo bien que puedes estar, de cómo el cuerpo influye sobre la mente y las emociones. Experimentas que la mente es un instrumento más, que se puede usar de otra manera, escapar a sus trampas y mejorar tu vida.
El retiro está abierto a todos.
¿Cuál es tu mayor éxito como profesora de yoga?
Mi mayor éxito es seguir aprendiendo y enseñando después de tantos años. Me fascina el ser humano. No me canso de explorar las distintas capas y facetas que nos constituyen. Me parece que somos un milagro andante y pensante.
¿Qué hace tu retiro diferente de los demás?
Detrás de cada profesor hay una persona en constante evolución y búsqueda.
Traigo al retiro todo lo que me ha servido a lo largo de tantos años. El método Iyengar es la base, pero hay más cosas que me han ayudado fisicamente, emocionalmente y espiritualmente. Me gusta compartir todo con mis alumnos: lo que sirve al bienestar, a la salud, al equilibrio y al despertar de la consciencia.
Descubre la escuela de yoga de Aurélie aquí: https://www.practicoyoga.com/
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